Control de la ira

Rabia, enojo, cólera, furor, furia, indignación, irritación, vesania, cabreo… la ira es una emoción con la que todos estamos familiarizados pues es natural sentirla ante ciertas situaciones. El problema viene cuando estos “ataques” de ira se sufren constantemente teniendo consecuencias de toda índole.

En general la ira se clasifica en dos tipos: la ira pasiva y la ira agresiva. La ira pasiva se queda en un plano mental mientras que la ira agresiva se manifiesta en comportamientos violentos. Pero sea cual sea, la persona que sufre de ataques de ira llega el momento en que necesita controlarla.


Para conseguir controlar la ira es recomendable seguir los siguientes consejos:

  • Encontrar cual es la causa de la ira
  • Intentar no guardar ni acumular resentimiento
  • Ser razonable y aceptar que la vida puede ser abrumadora
  • Practicar la respiración profunda, meditación y/o mindfulness
  • Dormir lo suficiente y de manera cómoda
  • Evitar en la medida de lo posible estar en situaciones exasperantes
  • Practicar algún deporte, arte marcial o simplemente salir a caminar
  • Tomarse un fin de semana o unos días de vacaciones fuera de casa
  • Compartir las preocupaciones con una persona de confianza
  • Acudir con un psicólogo para recibir orientación profesional

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